La controversial elección con la que Nicolás Maduro se adjudicó un nuevo mandato de seis años al frente de la presidencia de Venezuela generó un conflicto político y diplomático con nuestro país. Las manifestaciones públicas del presidente, Javier Milei, en contra del resultado electoral y la falta de transparencia del proceso provocaron un cruce verbal con el mandatario venezolano, que incluso determinó la salida de los representantes argentinos del país.
En diálogo con LA GACETA, el abogado y magister en Estudios Internacionales Julián Luna Pastore analizó las implicancias de este nuevo escenario que posiciona a la Argentina de una manera particular en la región y en las relaciones comerciales y políticas con otras potencias.
-. ¿Cómo crees que se ubica Argentina en este mapa geopolítico?
- Primero, me parece importante entender que Milei y La Libertad Avanza (LLA) se enmarcan dentro de un movimiento a nivel internacional de derecha conservadora que tiene ciertas características particulares que no solo se dan en Argentina, sino también en otros países, claramente con sus particularidades, pero con ciertos rasgos comunes. Este nuevo movimiento de derecha es reaccionario, es una derecha que se muestra como revolucionaria en cierto punto, que es contestataria y posee una presencia fuerte en las redes sociales. En este movimiento, su principal representante es Donald Trump y se manifiesta a nivel internacional. El hecho de que Javier Milei este posicionado ideológicamente en este movimiento o en esta nueva derecha implicó, desde que empezó su gobierno, que tome ciertas decisiones de política exterior que se condicen justamente con la política de ese movimiento, con la forma en la que esa derecha se maneja, por así decirlo. En definitiva, este movimiento se posiciona a favor de EEUU, pero con una lógica de alineación, como existía en la Guerra Fría donde el mundo se volvió bipolar entre EEUU y la Unión Soviética. Esta corriente busca una alineación automática con los EEUU, o al menos con las ideas del capitalismo y con las ideas occidentales, que a mi parecer es muy dogmático. Ellos toman partido por los Estados Unidos, por sobre todos los otros modelos que consideran antagónicos y generan una polarización constante, que de igual manera lo hacen en lo social, en lo político y en otros ámbitos, pero genera una polarización constante que en lo internacional se termina trasladando en relaciones conflictivas con aquellos que no presentan esta alineación.
-. ¿Cómo nos ubica la postura adoptada por el Gobierno?
- Como un país que tiene una preferencia comercial, diplomática, política e ideológica muy marcada, al menos en este momento político, lo cual tiene distintas implicancias. Respecto de Brasil y China, que son los principales actores a tener en cuenta porque son nuestros principales socios comerciales, no afecta de manera tan tajante las relaciones comerciales. En este tiempo las relaciones comerciales no se vieron drásticamente afectadas. En el único aspecto que yo veo que China sí tiene un reclamo político o diplomático, es con el reconocimiento de Taiwán. Volviendo a Venezuela, todo esto no afecta gravemente la balanza comercial de la Argentina porque Venezuela no es el principal centro de exportaciones ni de importaciones de nuestro país. La situación podría afectarnos, diplomáticamente hablando, en el sentido de que siempre es conveniente mantener relaciones con la mayor cantidad de países para aumentar las oportunidades y favorecer el desarrollo y el intercambio. No obstante, es difícil hablar de que Venezuela pueda ser un objeto, por ejemplo, de inversiones del capital argentino o que las inversiones venezolanas vayan a ingresar a nuestro país. Algo que sí es importante a tener en cuenta, hablando de geopolítica internacional, es qué puede pasar con las sanciones de EEUU al gobierno de Maduro.
-. ¿Y por qué sería importante?
- Porque eso puede afectar el precio del petróleo. Para Venezuela es importante porque de eso va a depender su crecimiento o su estabilización económica. Con el Acuerdo de Barbados, de 2023, Estados Unidos levantó las sanciones sobre Venezuela y eso significó un crecimiento grande en las exportaciones venezolanas, sobre todo de petróleo. Y eso le permitió un crecimiento, aunque esté Maduro. Cuando se le prohibió a María Corina Machado participar de las elecciones, Estados Unidos volvió al marco de sanciones que tenía sobre Venezuela y dejó las licencias individuales de explotación de petróleo. Esas licencias permiten a Estados Unidos otorgar a empresas privadas permisos para realizar proyectos específicos de explotación en Venezuela. Si ahora Estados Unidos quita las licencias individuales de explotación de petróleo, la oferta de petróleo se reducirá y eso podría llevar a una suba de los precios internacionales. Y esa suba también empujaría un mayor proceso inflacionario a nivel internacional.
Estados Unidos podría indultar a Nicolás Maduro y la cúpula del régimen para que dejen el poder-. ¿La línea adoptada por Milei puede considerarse peligroso?
- Personalmente prefiero siempre una política más abierta. Con un posicionamiento ideológico, pero con la posibilidad de apertura de comercio, de mantener relaciones neutrales con todos los países del mundo. Creo que eso siempre podría ser lo más beneficioso y lo más productivo para los ciudadanos de los países, sobre todo. No obstante, si realizamos un recuento histórico acerca de qué conviene y qué no conviene, depende mucho del contexto, de las situaciones, de cómo evolucionan los sucesos históricos o los sucesos políticos. La historia nos demuestra que eso, en parte, es azaroso. En el escenario actual es importante recalcar cómo a nivel internacional, el movimiento que sigue Milei, está tendiendo a la fragmentación, hacia una polarización que se replica en el ámbito internacional, pero que por el grado de globalización también se ve al interior de los países, y al interior de nuestro país eso también es muy marcado. Parecería ser que para nuestro país va eso será algo ineludible para los próximos años, al menos por cómo está planteado el panorama actual.
-. ¿El posicionamiento de Brasil sobre la elección puede llegar a tensar el vínculo con Argentina?
- No podemos llegar a saber exactamente de qué manera puede llegar a afectar eso. Claramente, hay una tensión ideológica y de formar entre Argentina y Brasil, pero entiendo que en lo comercial no tendería que afectar directamente y en lo diplomático esperaría que no haya algún tipo de repercusión indirecta en relación a esto.